
Las adicciones son enfermedades que se desarrollan de forma progresiva, reduciendo cada vez más el control que tiene la persona sobre su propia vida. El concepto Adicciones conductuales hace referencia a un conjunto de comportamientos que se llevan a cabo sin que las personas sean capaces de controlarlos.
Es un tema que se aborda cada vez más a menudo por profesionales de la salud. Se puede hacer referencia a ellas como: adicciones sin sustancia, adicciones conductuales o comportamentales, adicciones sin droga o adicciones no convencionales, entre otras. Algunas de las más usuales son:
El desarrollo de estas adicciones es bastante similar a las adicciones con sustancia. Al principio, los comportamientos adictivos están unidos a consecuencias positivas, pero cuando aumenta la frecuencia y la magnitud, suponen un tiempo mayor para realizar esos comportamientos y se crea un estado de “necesidad” que obliga a hacer cualquier cosa con tal de satisfacerlo. El tiempo invertido en satisfacer esas “necesidades” afecta directamente en el entorno. No tiene en cuenta el contexto ni el tiempo que necesita para “saciar” esa demanda, y suele generar conflictos con su día a día (relacionarse poco, dejar de dormir, comer, etc). Es importante actuar cuanto antes ante este tipo de problemática, pues cuanto más tiempo pase, más difícil es salir de ese círculo de dependencia y recaídas.
El privarse de esos vicios supone un malestar general en la persona, y hace que sus niveles de estrés aumenten y se muestren más irascibles. La persona presenta más “arrebatos” ante imprevistos o situaciones que antes no generaban estos cambios de humor.
También todo tipo de obstáculo para satisfacer su necesidad produce frustración en la persona y genera discusiones. Por ejemplo, en una persona adicta al teléfono móvil: un plan familiar a un pueblo que no hay cobertura o fácil acceso a internet podría generar discusiones y una alta frustración en la persona.
Las adicciones producen gran malestar y altos niveles de estrés, lo que supone un desgaste psicológico en la persona y así una mayor dificultad para el desempeño de actividades (estudiar, trabajar, autocuidado,etc).
Las personas adictas tienden a priorizar las actividades adictivas (uso del móvil, irse de compras, realizar apuestas, etc) ante cualquier otra situación. Por eso, va abandonando el contacto con amigos o familiares, y se centra en el círculo vinculado a la actividad adictiva.
Igualmente, la calidad de sus relaciones también empeora. Estas personas pueden ser capaces de mentir y robar con tal de mantener el estilo de vida que permita los consumos. Esta situación puede implicar que en poco tiempo se vean solas, lo que conlleva una sensación de soledad y menos motivación para superar la adicción.
Las adicciones suelen estar ligadas a problemas de sueño tales como insomnio o
irse a dormir a altas horas de la madrugada. Esto supone una calidad baja de sueño y mayor fatiga o cansancio durante el día.
Al igual que con el entorno social, la conducta de dar prioridad a las actividades o al entorno que permiten la conducta adictiva, hace que el resto de actividades (ejercicio físico, tiempo de ocio, cursos de pintura…) que requieran tiempo y esfuerzo de forma planificada sean desatendidas por estas personas.
Así pues, también es importante que las personas de su alrededor sepan identificar la presencia de esta alteración, para que en la medida de lo posible les podamos ayudar.
Supone un gran beneficio mantenerse cerca y ser una pieza motivadora para el abandono de las actividades adictivas. Esta ayuda hace que el estrés y la ansiedad de esa persona se reduzca, y favorece los momentos duros de abstinencia.
Además, el interés en el proceso de recuperación y la satisfacción por los pequeños avances influyen en que no se abandone el tratamiento y se continúe con la terapia psicológica.
Es importante alejarse de los entornos sociales que estén vinculados a los consumos o a las actividades relacionadas con las adicciones. Por eso, la familia puede contribuir presentándoles nuevas personas o creando planes con grupos sociales diferentes.
A pesar de que el diagnóstico y tratamiento solo puede ser llevado a cabo por profesionales de la salud, es recomendable que estemos atentos ante la posibilidad de que alguna persona cercana a nosotros exprese señales de alerta típicas asociadas a las adicciones. De este modo, podremos darle apoyo y facilitarle el proceso de acudir a terapia y/o seguir y acompañarle con los objetivos el tratamiento si ya lo ha empezado.