
La forma cómo nos evaluamos a nosotros mismos, la opinión que tenemos de nuestros aspectos negativos y positivos es importante y esto es lo que constituye la autoestima.
Autoevaluarse de forma negativa se asocia con problemas psicológicos como la depresión, la ansiedad, los trastornos de personalidad, ideación suicida, la fobia social y hasta con trastornos de alimentación, conductas antisociales, dificultades cognitivas y pocos recursos económicos. Mientras que al creer en los aspectos positivos, la persona conforma factores protectores y genera mayor control ante los agentes estresantes.
Por lo tanto las investigaciones psicológicas han creado instrumentos capaces de evaluar la visión que tiene cada persona sobre sí mismo. Sin embargo, cada una ha sido creada para un grupo específico de población. En este artículo se presentarán dos de las escalas más importantes y sus características.
Inventario de autoestima de Coopersmith
Stanley Coopersmith fue un investigador que nació en 1926, la mayoría de sus trabajos se enfocaron en los estudios de la personalidad y la autoestima, tanto de niños como de adultos.
En 1959 crea esta escala, para personas mayores de 14 años, la cual presenta 58 ítems. En este se evalúan las siguientes áreas:
Algo relevante de este instrumento es que también considera la capacidad de mentir del individuo, debido a que cuando la puntuación sale del estándar no es válida la prueba.
Algunos ítems de esta escala son:
Los individuos que son evaluados deben dar dos tipos de respuestas: “igual que yo” o “distinto a mí”
Escala de autoestima de Rosenberg
Morris Rosenberg fue un sociólogo que se interesó por la autoestima y el autoconcepto. Escribió varios libros, algunos relacionados con los temas de autoevaluación, en 1965 publica la escala de autoestima, que es empleada todavía en muchos países.
Varios estudios señalan a esta prueba como fiable para estudiar a la población adulta, también la consideran rápida, sencilla de aplicar y un punto de partida para la elaboración de otros instrumentos.
Esta prueba presenta un conjunto de ideas y emociones que exhibe un sujeto sobre sí mismo. La escala busca determinar las conductas positivas o negativas tomando en cuenta la valoración de la sociedad y cultura en la que se desarrolle.
A esta forma de evaluar la autoestima se le han realizado varias adaptaciones, para actualizarla a contextos e idiomas distintos. Para el español existe una versión adaptada por Atienza, Moreno y Balaguer en el 2000, la cual cuenta con 10 ítems, a diferencia del instrumento de Coopersmith las respuestas no son dicotómicas, sino que van de: “Muy en desacuerdo”, “Desacuerdo”, “Acuerdo” o “Muy de acuerdo”.
Entre los ítems de esta escala se encuentran:
Conclusiones acerca de los instrumentos
La autoestima es un aspecto primordial para cada individuo, la finalidad que tienen estos instrumentos, aparte de medirla es darle un punto de inicio al especialista en psicología para poder desarrollar actividades con el paciente a fin de que se de cuenta del valor que tiene estimarse y apreciarse a sí mismo.
Cuidar los pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos, es una forma de proteger la autoestima. Observar sólo lo negativo que se tiene produce una sensación de hundimiento y depresión. Si algún aspecto se considera negativo lo mejor es buscar la forma de cambiarlo haciendo críticas constructivas.
Otro elemento que debemos tomar en cuenta para ayudarnos con nuestra valoración es que las metas que nos propongamos deben ser realistas. Si nos conocemos, no podemos colocar metas que nos lleven a la frustración por no poder cumplirlas.
Por último es necesario dedicarse tiempo a sí mismo, este es una forma de crecer, mejorar en los elementos negativos y construir una personalidad que aceptemos y nos agrade.