
El uso medicinal de la planta Cannabis Sativa data de los años 110 y 207 D.C. en China, donde se empleó como anestésico para operar a pacientes.
Esta planta posee 70 sustancias químicas, las más relevantes son el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). En la actualidad, existe un gran movimiento que busca la legalización del cannabis para ser utilizado de forma medicinal.
Hay países como Canadá en los que llevan tiempo probando su efectividad en diversas dolencias. En este artículo se hará un análisis acerca del tratamiento de la ansiedad con el uso del cannabis.
Es un estado de miedo en el que se genera nerviosismo. Se puede producir antes de un evento que es una amenaza real o imaginaria. En esta se observan cambios físicos y conductuales parecidos al miedo, esto supone una angustia que conduce al trastorno.
Entre las enfermedades mentales, los trastornos de ansiedad, son los que tienen mayor prevalencia.Estas se pueden clasificar en:
El cannabis como medicación requiere del control y la supervisión de un médico. Los preparados medicinales con cannabis son: nabiximols, nabilone y dronabinol.
Hay individuos que la consumen indicando que es por causas de alguna enfermedad, pero el médico no lo sabe y puede interferir con otros tratamientos que se estén ingiriendo.
Las investigaciones señalan que el consumo de cannabis causa la prevalencia del trastorno de ansiedad. Además, al emplear este tipo de sustancia en sujetos con ansiedad ligada a crisis de pánico puede desencadenar más ataques.
Otros estudios indican que después de 48 horas del uso de este estimulante se presenta el ataque de pánico. Por lo que se ha concluido que el empleo del cannabis en personas que sufren trastornos de pánico y agorafobia hace que se complique la situación.
En relación a la fobia social, se ha indicado que el cannabis a corto plazo puede disminuir los síntomas que genera este trastorno. Aún necesitamos más investigaciones en este sentido.
Por otra parte, las personas que lo usan como medicinal, al dejar de hacerlo pueden tener el síndrome de abstinencia. En los que se observa disforia, irritabilidad, ansiedad, inquietud, temblores, náuseas, sudoración, anorexia e insomnio. Sin embargo, el uso de ansiolíticos no es mucho mejor, ya que los efectos secundarios y el síndrome de abstinencia es mucho más grave.
El uso del cannabis antes de los 15 años se relaciona con posibles trastornos de ansiedad en la edad adulta.
En los últimos años el cannabis ha tenido mucha publicidad, señalando que puede mejorar varias dolencias. Se ha visto que los mayores consumidores de este tipo de relajantes son adolescentes.
Las estadísticas demuestran que el 9% de los que ingieren esta droga pueden volverse dependientes, mientras que el porcentaje en adolescentes es más alto, alcanzando un 17%.
Esta droga en dosis bajas produce una sensación de bienestar, euforia, sedación, aumento de confianza, pérdida en la memoria a corto plazo, dificultad para realizar operaciones mentales y alteraciones en la percepción. En dosis medias o altas puede causar taquicardia, temblores, náuseas, debilidad muscular, aumento de la tensión arterial, sed, aumento del apetito y visión amarillenta. Aunque, estos síntomas se disipan después de unas horas.
El cannabis tiene distintas propiedades, de acuerdo al tipo de preparación y a las plantas, estas pueden contener diferentes niveles de THC y CBD.
Al consumir cannabis con alto grado de THC puede ser perjudicial para la salud mental, a largo plazo tiende a causar psicosis y esquizofrenia. A corto plazo los efectos se producen en la cognición, entre los que se pueden nombrar: confusión mental, pérdida de la memoria temporal, dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
En personas diagnosticadas con depresión mayor el uso del cannabis con mayor grado de THC puede aumentar la ideación suicida y los intentos de cometer suicidio. A nivel gastrointestinal el cannabis produce diarrea, náuseas y vómito.
Sin embargo, el cannabis con mayor porcentaje de CBD, sirve para controlar los dolores crónicos, como en el cáncer, la epilepsia, la tricotilomanía etc.
Existe una característica especial en el cannabis y se encuentra en la concentración. Por ejemplo, dos individuos pueden consumir la misma cantidad, pero entre los dos, el que sea más experimentado con el uso de esta droga, logrará concentraciones más altas.
El DSM IV señala que el cannabis puede conducir a varios trastornos como: el trastorno por consumo y los trastornos inducidos. Los primeros causan dependencia y abuso. Mientras que los segundos llevan a la intoxicación, entre estos se encuentran: el trastorno psicótico inducido con alucinaciones y el trastorno de ansiedad inducido.
Por lo tanto, podemos indicar que el cannabis, probablemente, no es la mejor elección para ciertos trastornos de ansiedad. Sin embargo, como cualquier fármaco, es útil para muchos otros problemas. Por ello, es importante considerarla un fármaco y no una droga. Ya que en la farmacia nos encontramos con drogas mucho más peligrosas que llamamos fármos.
Bibliografía
Ramos, J. (SF). ASPECTOS PSIQUIÁTRICOS DEL CONSUMO DE CANNABIS. Sociedad Española de investigación en cannabinoides (SEIC)