
¿Has visto la película “Toc Toc” del español Vicente Villanueva? En ella se refleja a la perfección el mecanismo de una de las patologías psicológicas más interesantes: el trastorno obsesivo-compulsivo. ¿Has escuchado hablar de este trastorno? En este artículo vamos a realizar una descripción de esta patología que, a pesar de que muchos la padecen, es una total desconocida.
El trastorno obsesivo-compulsivo, mejor conocido como TOC se encuentra localizado dentro del amplio espectro de los trastornos de ansiedad. Consiste en la aparición de pensamientos persistentes que impulsan al individuo a realizar actos repetitivos. Los pensamientos generan en la persona que padece el trastorno, una ansiedad extrema que solo se ve reducida cuando realiza esos actos que conocemos con el nombre de rituales. En este punto, es importante dejar claro que el TOC es una enfermedad real, ya que las personas que se encuentran alrededor de quien lo padece creen que las obsesiones y compulsiones son simples caprichos. Las personas que padecen esta enfermedad sufren mucho, ya que también son víctimas de la incomprensión.
Es importante destacar que las personas que padecen TOC con rituales se encuentran en un constante círculo vicioso conformado por la ansiedad que sienten ante un pensamiento obsesivo, la acción (ritual) que hacen para aliviar ese sentimiento y la reaparición de la ansiedad producto del resurgimiento del pensamiento. Por eso este es uno de los peores trastornos psicológicos que pueden existir.
Sí, como lo estás viendo, al igual que ocurre con diversos trastornos psicológicos, el TOC no es de un solo tipo, sino que podemos dividirlo en dos grupos: el TOC con rituales encubiertos y el TOC sin estos rituales. Veamos en qué consiste cada uno.
En el caso del TOC con rituales encubiertos, estos se realizan de forma cognitiva, es decir, mentalmente. En este caso, la persona tiene una obsesión, pero sus rituales no son evidentes para los demás. Un ejemplo típico de esto sería el de un hombre cuya obsesión es el temor a hacerle daño a un ser querido, como un hijo. Esta persona podría pasar muchas horas del día pensando en razones por las cuales no le haría daño a su hijo. Ese sería su ritual. Esto es realmente una tortura, pues los pensamientos ocupan casi todo su día.
Por otra parte, el TOC con rituales explicitados es mucho más fácil de identificar y reconocer, pues la persona tiene una obsesión y con base en ella lleva a cabo rituales que consisten en acciones evidentes. Un ejemplo de ello son las personas que se obsesionan con cerrar bien la puerta de casa cuando salen. Su ritual, que se conoce como ritual de comprobación, consiste en verificar un sinnúmero de veces si realmente han cerrado correctamente la puerta.
La realidad es que no existe un patrón característico de las personas que padecen TOC con rituales, ya que este es un trastorno muy heterogéneo. Sin embargo, hay algunas señales que nos pueden indicar que alguien cercano lo padece. A continuación, te mencionamos algunos de ellos:
Las personas que padecen TOC con rituales desean mantener el control sobre todo lo que les concierne y les rodea. En este sentido, suelen ser personas muy perfeccionistas y exigentes con ellas mismas en las actividades que desempeñan.
Esta es una característica típica de las personas con TOC con rituales, pues los pensamientos que les obsesionan generan en ellos estados de angustia y ansiedad que, en muchos casos son incontrolables. Generalmente, les cuesta ocultar esto a las personas de su entorno.
Sí, así es. Las personas que padecen este trastorno suelen llevar a cabo rituales, como te lo acabamos de explicar más arriba. Entre los rituales más comunes están lavarse las manos con frecuencia (incluso sin haberse ensuciado), comprobar muchas veces si han apagado la luz, caminar sin pisar las juntas de las baldosas y siempre estar contando, entre muchas otras. Por lo general, intentan ocultar estas conductas a las personas de su entorno, pues muchos reconocen que son irracionales e ilógicas. Sin embargo, para ellos es imposible dejar de hacerlo.
Seguramente, en este punto te estás preguntando, ¿cuáles pueden ser las obsesiones más comunes y cuáles son los rituales para calmarlas? Pues bien, a continuación, te vamos a mencionar varias de ellas:
Esta es, de lejos, la más común. Las personas temen contaminarse con algún germen que a su vez pueda ocasionarle alguna enfermedad. Las personas que padecen este tipo de obsesión mantienen sus hogares impecablemente limpios y siempre tienen en su bolso implementos de higiene personal como jabones y antibacteriales, entre otros. Particularmente, la época de pandemia por el COVID-19 ha sido muy dura para estas personas. Como es de esperar, el ritual que acompaña a esta obsesión es la limpieza continua y exagerada de todas las superficies de su hogar y de su lugar de trabajo. También tienden a lavarse las manos con excesiva frecuencia y evitan tocar superficies o que otras personas les toquen.
Las personas que padecen dudas constantes siempre tienen pensamientos repetitivos que ponen en duda sus acciones. Por ejemplo, se preguntan si han cerrado bien la llave del agua, la puerta de la casa o si han apagado la luz, entre muchas otras. Los rituales que llevan a cabo se conocen como rituales de comprobación. Estas personas son capaces de realizar la misma acción incluso más de 20 veces hasta quedar convencidos que, efectivamente, han cerrado la llave del gas, por ejemplo.
Esta es quizás una de las obsesiones que más hacen sufrir a las personas, pues temen hacerse daño a sí mismos o a sus seres cercanos. En su mente se crean pensamientos tales como “si no apagas y enciendes la luz X cantidad de veces, tu hijo puede morir”. O viven con el constante miedo de ser ellos mismos quienes le hagan daño a su ser querido.
En este caso, la obsesión de las personas tiene que ver con la simetría y el orden a su alrededor, especialmente de los objetos que le rodean. Los rituales que estas personas llevan a cabo están relacionados con mantener todo en un lugar exacto. Por ejemplo, en el escritorio de su trabajo, todos los objetos deben tener un lugar específico y encontrarse a una distancia exacta unos de otros.
Por supuesto que sí, este trastorno se puede controlar. Sin embargo, requiere de la ayuda de un psicólogo especializado y de mucha voluntad por parte del afectado. De forma general, los especialistas tratan al TOC con rituales con una terapia combinada en la que confluyen los fármacos y la terapia conductual.
Se cree que los pensamientos repetitivos (obsesiones) se generan porque a nivel del sistema nervioso hay un problema con un neurotransmisor que se conoce como serotonina. En este sentido, los fármacos más utilizados para tratar a las personas con TOC con rituales son los llamados inhibidores de la recaptación de la serotonina. Son muchos, siendo el más conocido la fluoxetina, cuyo nombre comercial más famoso es el Prozac.
Sin embargo, la terapia farmacológica no es la salvación para pacientes con TOC con rituales, sino que esta debe ir acompañada de psicoterapia. En el caso de las personas con marcados rituales, lo que se hace es exponerlos a las situaciones que desencadenan en ellos la necesidad de realizar alguna acción. Al estar expuestos, ellos van aprendiendo a ir controlando el impulso de realizar el ritual. Por otra parte, en el caso de las personas cuya obsesión es hacerle daño a algún ser querido, se trabaja la parte cognitiva, intentando que ellos mismos vayan comprendiendo y aceptando lo irracional que resultan sus pensamientos y, finalmente, logre desecharlos.
Realmente luchar contra el TOC con rituales no es nada fácil. Sin embargo, si el paciente es constante y persevera en la terapia, es muy posible que pueda controlarlo y llegar a tener una vida tranquila, normal y feliz.