
LOS CELOS
Los celos surgen al sentir amenazado algo que consideramos como nuestro. Por eso, aunque siempre se acostumbran a reducir al campo de las relaciones de pareja, es posible que también lleguemos a sentirlos por la vida o los éxitos de otras personas. Debajo de todo ese sufrimiento hay miedo: miedo a pensar que esa persona ya no nos quiere, a que sean mejores que nosotros/as o a quedarnos solos/as.
Si nos paramos a analizar nos daremos cuenta que ese miedo se relaciona muy directamente con sentimientos de inseguridad, una inseguridad que seguramente viene de la manera de como hemos aprendido a cuidar de nosotros/as mismos/as. Muchas veces descubrimos que durante la niñez nos han enseñado a defendernos mediante la fuerza y por ese motivo queremos dominar la relación cuando nos sentimos amenazados/as, ya que la persona celosa se siente protegida si domina. Lo que no tenemos en cuenta en estas situaciones, es que controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor es imposible y hace que la situación se vuelva insostenible y dolorosa, tanto para nosotros/as como para la otra persona. Estar analizando, desconfiando, supervisando de una forma constante acarrea con mucho sufrimiento.
Muchas veces los celos se ven alimentados por el mito del amor romántico, donde se da por hecho que la pareja es tuya y donde los celos son indicadores reales de que el amor es verdadero. Vivimos con inseguridades hacía nosotros/as mismos y al encontrar una persona que nos gusta y nos llena la utilizamos para ignorar aquellas partes de nosotros/as que tenemos que trabajar. Es muy común que miremos hacía otro lado y empecemos a cultivar el miedo a que la persona se vaya, ya que si eso sucediese volveríamos a quedarnos solos/as con aquello que nos aterra. Pero construir una relación desde ese miedo hace que vivamos constantemente dentro de la amenaza de la pérdida y no nos permite construir un proyecto común estable, ya que nuestro foco esta centrado en todas las amenazas que percibimos de nuestro alrededor. Todos esos pensamientos refuerzan la idea de propiedad y control sobre la otra persona. Y es que el mito del amor romántico nos daña haciéndonos creer que la decisión de estar con la otra persona viene dada por el destino, o por la necesidad de encontrar “nuestra media naranja”, haciéndonos creer así, que necesitamos de la otra persona para sentirnos completos/as, alimentando el miedo a que si la relación termina volverá a faltarnos una parte de nosotros/as.
No siempre somos conscientes de que nuestros celos son un problema y acostumbramos a creer que son normales, el primer paso para superarlos es reconocerlos. Así pues, estos serían algunos de los comportamientos que se pueden dar en nosotros/as cuando vivimos con celos:
– Tener un miedo excesivo a perder a nuestra pareja.
– Imaginar de forma frecuente que nuestra pareja nos esta engañando..
– Analizar meticulosamente el comportamiento de la otra persona buscando señales que confirmen una infidelidad.
– Vigilar a tu pareja o vulnerar su intimidad.
– Exigir a la otra persona que te cuente todo lo que hace cuando no esta a tu lado
– Compararse de forma constante con las personas con las que se relaciona a diario tu pareja
– Sufrir una gran ansiedad cuando tu pareja tarda más de lo habitual en llegar a casa
– Pensar sin motivo alguno que tu pareja te esta siendo infiel o que ha perdido el interés en vuestra relación.
¿Qué podemos hacer?
Primero de todo, tenemos que tomar consciencia. Aunque los celos sean una emoción que nos indica que tenemos miedo e inseguridad, ya sea hacía la posibilidad de perder a nuestra pareja o respecto a nosotros mismos, y en sí son naturales, en ningún momento son señales de amor y son peligroso en cuando no sabemos gestionarlos y empiezan ha haber conductas destructivas.
Es importante intentar apartar los pensamientos obsesivos, hay diferentes técnicas que nos ayudan a centrar nuestra atención fuera del circulo vicioso del miedo. Las personas con celos acostumbran a dar mucho poder a su imaginación llegándose a convencer de que lo que piensan es verdad. Tenemos que tener en cuenta si estos pensamientos son realistas o son fruto de nuestro cerebro.
Aceptar lo que estamos sintiendo es necesario para descubrir de donde vienen y cuestionarse el origen de lo que sentimos. Tanto si nuestros celos tienen origen en el miedo, en patrones de relaciones pasadas o en la inseguridad, tener más información sobre la raíz nos ayudará a saber cómo enfrentarnos a ellos. Y no podemos indagar en algo que no aceptamos que exista.
Reforzar nuestra autoestima y seguridad nos ayudará a superar el miedo a la soledad y enfrentarnos a todos los mitos aprendidos sobre el amor.
Si los celos se basan en nuestra relación sentimental, será necesario trabajar la confianza en la pareja y mejorar la comunicación. Es importante que vivamos nuestra relación desde una posición de igualdad, comprendiendo que la pareja no es una propiedad. Muchas veces nos puede ayudar el trabajar habilidades sociales que nos permitan mantener una comunicación más fluida.
Ampliar la visión de la situación también puede ayudarnos, muchas veces los celos se desarrollan en respuesta a una imagen parcial, quizás estamos comparándonos a nosotros/as mismos/as y nuestros éxitos con una visión idealizada o incompleta de otra persona.
Por último, puede que nos sea útil el practicar técnicas de enfrentamiento al momento, para cuando vivamos una situación que no podamos controlar y nuestra mente nos gane la partida, en esos casos será necesario tomarnos un tiempo para descansar o hacer algo que nos tranquilice, escribir como nos sentimos y distanciarnos de la situación.
Empezar a vivir mirándonos sin miedo y sin compararnos, nos ayudará a reducir nuestros celos. Tenemos que olvidarnos de la teoría del amor romántico y entender que los celos vienen de una autoestima dañada en el pasado, trabajar en ella te ayudara ha hacerte cargo de tu autocuidado y seguramente te permitirá avanzar comprendiendo tus experiencias y enfrentándote a los obstáculos del camino sin destruirte.